Actualidad del CD BADAJOZ SAD
0-0. EL BADAJOZ SALVA UN PUNTO PESE A LA OPOSICIÓN ARBITRAL
Hoy había fútbol en Badajoz, aunque poca gente pareció darse por aludida. Jugaba un equipo, pequeño eso sí, pero que lleva el nombre de la localidad a que representa por algunos de los campos de mayor tradición del fútbol nacional. Un equipo que se enorgullece de contar con esos mil quinientos incondicionales que jamás le dan la espalda sea cual sea el resultado. Un equipo que sueña con llegar a ser algo más, aunque no cuente con las ayudas mínimas que se requieren para una empresa así. Un equipo que, hoy, tuvo que luchar contra las mayores adversidades para lograr un punto que alguien se había empeñado en robarle. Y que por desgracia está aprendiendo en vivir con ese lastre semana tras semana.
Parece ser que, año tras año, nada cambia en el mundo del arbitraje, por lo menos en lo que se refiere al CD Badajoz SAD. Entre los árbitros de Segunda División se ha debido extender la especie de convicción: que arbitrar en el Nuevo Vivero es un “chollo”. Aquí puede uno “lucirse” a su modo. No hay ultras violentos, los mil y pico de espectadores (fieles, eso sí), son deportivamente educados y no asustan a nadie. Los escándalos que se producen no tienen gran trascendencia a nivel nacional y por lo tanto nadie del comité arbitral les va a poner “en solfa”.
Sentada esta premisa, es fácil entender el arbitraje del cántabro Teixeira Vitienes en el primer partido de esta Liga disputado por el CD Badajoz SAD en su estadio. Durante el primer tiempo, paso desapercibido, pero desde que comenzó la segunda parte, decidió que allí el protagonista era él y comenzó a utilizar las tarjetas hasta por estornudar. Expulsó a Nuno y a Cidoncha y al entrenador pacense Rodri, se tragó un claro penalti de Lambea a Nene y otro de Óscar a Rodri. Y, ya al final, en un alarde de cobardía por remordiento, otro posible en el area pacense, por derribo de César a Calandria. En resumen, arbitraje calamitoso.
El partido no fue, ni mucho menos, bueno. Los dos equipos estaban más ocupados en evitar la derrota de inicio de temporada que tanto marca en el primer tramo de liga. En el primer tiempo, fueron los pacenses los que llevaron la iniciativa en el primer cuarto de hora. Jorge Zafra y Molist pudieron abrir el marcador en jugadas aisladas. Las defensas y el poblado centro del campo mantenían a raya a los delanteros rivales de uno y otro bloque.
El partido se equilibró pronto en la zona ancha, aunque el Leganés dejó inédito a Poli a lo largo de estos primeros 45 minutos. Su preocupación principal era mantener su puerta a cero. En el minuto 36, Molist en jugada personal, disparó cerca del poste, tras dejar atrás varios defensas azules. Las internadas de Nene y el empuje de Mantecón fueron las notas destacadas durante este tramo de encuentro en un equipo quizá demasiado empeñado en mostrar consistencia y un tanto maniatado en su faceta ofensiva.
La segunda mitad comenzó de nuevo con ligero dominio local, aunque las mejores ocasiones llegaron siempre a balón parado. Molist pudo adelantar a los suyos de nuevo, al cabecear al palo un centro desde la izquierda. Era evidente que el partido no era de goles... pero nadie esperaba el espectáculo que se avecinaba en los últimos 30 minutos. La aparición “estelar” de Teixeira Vitienes fue lo único que cupo a partir de ese instante. Un equipo desquiciado, otro pagando los errores que les habían beneficiado indirectamente y mil quinientos espectadores que volvieron a sentirse atracados en su propia casa.
Las circunstancias obligaron a los de Rodri a replegarse en torno al meta Poli, pero el Leganés no tuvo valentía para irse definitivamente a por los 3 puntos pese a la ventaja que les había concedido el colegiado en su espectáculo particular. Al final, un punto para cada uno y la sensación de que, un año más, todo sigue igual...